Alimentación y cáncer: papel en la prevención y el tratamiento
El pasado domingo 4 de febrero fue el día mundial contra el cáncer. En concreto en cuanto alimentación y cáncer se refiere se escuchan muchos mitos y también verdades. Para poder aportar algo de información, tocamos este tema en Vive! Radio el pasado 9 de febrero de 2024.
Te dejamos por aquí la entrevista escrita, esperando que sea de tu interés
¿Cuáles son los principales mitos que se oyen en consulta, o que se leen en medios sobre el cáncer y la alimentación?
Por un lado escuchamos sobre si tal o cual alimento son «cancerígenos» o, todo lo contrario que, si X o Y alimento previene el cáncer, y lo cierto es que ni todo es blanco ni todo es negro.
¿Qué papel puede tener la alimentación en su prevención?
En cuanto al papel preventivo de la alimentación frente al cáncer, no hay ningún alimento que por sí solo pueda prevenirlo. El cáncer es una enfermedad multifactorial en la que intervienen la genética, el estilo de vida y factores ambientales, entre otras cosas y por lo tanto en cuanto al papel de la alimentación es el global de ésta, la que podrá favorecer la aparición del cáncer o ayudarnos a prevenirlo en cierta medida, pero nunca de forma total.
Dicho de otra forma, si nuestra genética no nos predispone a desarrollar un cáncer, y además tenemos un estilo de vida que incluya una alimentación saludable, rica en vegetales y libre de alimentos ultraprocesados y alcohol, entre otras cuestiones, es más fácil que podamos esquivar la enfermedad.
¿Qué alimentos son los que debemos reducir en nuestra alimentación, a grandes rasgos, para reducir nuestras posibilidades de desarrollar esta enfermedad?
La verdad es que, aunque no hay alimentos que causen cáncer por sí mismos, sí que hay algunos alimentos, moléculas o componentes de los alimentos que consumimos están indiscutiblemente ligados a determinados cánceres. Por ejemplo, sabemos que el consumo de alcohol está ligado a cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, mama, colon y recto, o que el consumo de carne procesada está asociado con mayores tasas de cáncer de colon y de recto.
Saber esto es importante porque si conocemos nuestros antecedentes genéticos (por ejemplo, imaginemos una persona cuyos padres han padecido ambos, cáncer de colon), podrá ayudarnos a ver mejor la importancia de moderar el consumo de carne procesada y alcohol, además de seguir un estilo de vida saludable en conjunto.
Esto es muy interesante, pero estamos hablando solo de prevención. Si estamos en medio de un proceso de enfermedad de cáncer, ¿puede la alimentación hacer algo por nosotros?
Por supuesto que sí, pero aquí hay que distinguir muy bien sobre el tipo de cáncer que se padece y las consecuencias que está generando en el paciente.
Por ejemplo, hay algunos cánceres que en estadios avanzados generan desnutrición severa en el paciente, lo que se conoce como caquexia. Aquí nuestra misión sería ayudar a mantener un estado nutricional lo más adecuado posible dentro de las circunstancias, teniendo en cuenta que suelen ser además pacientes con muy poco apetito
En otros tipos de cánceres, por ejemplo, de aparato digestivo, puede haber resección o digamos corte de algunos tramos del tubo digestivo. Esto puede afectar a la persona desde la absorción de nutrientes y, por lo tanto, al estado nutricional y a la calidad de vida de vida, por ejemplo, cuando se debe llevar una bolsa tras una colostomía. Nuestro papel aquí va desde favorecer la absorción de nutrientes, ayudar con la suplementación que sea necesaria y generar una pauta de alimentación adecuada a la persona que le ayude a mejorar su calidad de vida.
Ha quedado claro que todo puede ser muy relativo, pero que siempre la alimentación será una pieza clave en la prevención. ¿Podrías darnos unas pinceladas de cómo debería de ser nuestra alimentación para evitar en la medida de lo posible el desarrollo de un cáncer?
Claro, si tuviera que resumirlo muy muy mucho te diría tres cosas:
- Que la base de tu alimentación sean alimentos vegetales. En ellos vamos a encontrar multitud y variedad de moléculas antioxidantes.
- Que tu alimentación sea lo más variada que puedas, dentro de lo saludable. De esta forma evitas dar cabida a un mismo alimento que pueda ser problemático, y además de nuevo, favoreces encontrarte con multitud de moléculas interesantes.
- Que tus platos se parezcan lo máximo posible a los alimentos de origen. Es decir, que el pescado sea pescado y no barritas de pescado, que el cereal sea cereal y no cereales es con forma de bolita y colores, y que la verdura sea verdura y no macarrones con un 1 % de espinacas.