Sabela Chan
CYL00328
Graduada en Nutrición Humana y dietética,
especialista en alimentación vegana y síndrome de ovario poliquístico.
Desde pequeña he sido una apasionada de la ciencia. Así, en general. La física, la química y la biología siempre han sido campos que han llamado mi atención. Dentro de estas ramas, aquellas que estudian el cuerpo humano y su funcionamiento siempre me han fascinado.
La evidencia científica es la base sólida sobre la que trabajo día a día, aplicándola a mis pacientes. No concibo trabajar sobre el “amimefunciona”.
A diario veo en mi entorno a muchas personas que sufren todo tipo de patologías debido a una mala alimentación. La mayoría de enfermedades que tienen lugar hoy en día son prevenibles o tratables mediante un cambio de hábitos, ¿no es fascinante? Poder ayudar a tantas personas, incluso cambiar su día a día, ¡simplemente con comida!
Con estos antecedentes, decidí estudiar el grado de Nutrición Humana y Dietética en la universidad de Santiago de Compostela.
La gastronomía y la cocina empezaron a captar mi interés en mi primer año de facultad. He desarrollado una buena habilidad culinaria y esto me ha permitido contar con múltiples recursos para poder adaptarme mejor a mis pacientes.
Dentro de la nutrición, me he especializado en la rama deportiva y la vegetariana, ambas por interés particular. Además, empatizo muy bien con las pacientes con síndrome de ovario poliquístico e hipotiroidismo, al ser problemas que afectan también a mi salud.
Tras una adolescencia muy sedentaria, descubrí el deporte y sus beneficios en la universidad. Empecé al principio por un poco de musculación y carrera, alguna clase dirigida… y ahora llevo 4 años jugando a rugby y entreno unas 9 h semanales. Ya no me imagino vivir sin este deporte, y mucho menos sin moverme. Soy la prueba de que se puede cambiar y de que existe un deporte para cada persona, ¡solo hay que probar!
Me considero cercana y empática y me gusta que esto se vea reflejado en mis consultas. Trabajo por un entorno que sea agradable y distendido, que anime a mis pacientes a expresarse con total libertad, sin sentirse juzgados. Para mí es muy importante dejar atrás esa vieja figura del nutricionista “policía” y hacer a mis pacientes partícipes del proceso, comprendiendo sus cambios, buscando el origen del problema y acompañándoles en todo momento.
Llegué a Burgos en abril de 2021 y desde entonces trabajo en la clínica de nutrición Umami y no podría haber tomado una decisión mejor. Llevaba tiempo buscando un centro en el que poder ejercer mi profesión siendo leal a mis valores, que trabajase con educación nutricional y bajo rigurosa evidencia científica. Sin batidos ni suplementos, sino en base a alimentos y con el conocimiento como herramienta.